Cuando gestionamos las redes sociales de una marca, nuestro objetivo no es solo mostrar lo que hace, sino transmitir lo que es. Para eso, no basta con leer una lista de servicios o conocer sus instalaciones. Necesitamos sentirlo, vivirlo, y sumergirnos en su esencia. Hoy quiero contarte cómo logramos conectar con la magia de Mas de Cebrián, una masía totalmente restaurada en medio de la nada, rodeada de lujo, calma y naturaleza.

Un día en Mas de Cebrián
Uno de los ejemplos más bonitos de este enfoque es nuestra colaboración con Mas de Cebrián, un encantador hotel rural en la Sierra de Gúdar-Javalambre. Cada tres meses, mi compañera Laura y yo hacemos las maletas y nos dirigimos allí para sumergirnos en su mundo.

El viaje hasta Mas de Cebrián ya es parte de la experiencia: carreteras que serpentean entre montañas, campos que parecen extenderse hasta el horizonte, y ese momento en el que el móvil pierde cobertura, como si el mundo exterior se quedara atrás.

Cuando llegamos, siempre hay un instante en el que nos detenemos a mirar alrededor. Allí, en medio de la inmensidad, se alza la masía, restaurada con un gusto impecable que combina lo rústico con la elegancia. Al cruzar la puerta, la calidez de su interior nos envuelve con una atmósfera que invita a bajar el ritmo.

Lo primero que hacemos es instalarnos en una de sus acogedoras habitaciones. Cada detalle está cuidado al máximo: desde la suavidad de las sábanas hasta las vistas a los paisajes infinitos. Es imposible no sentirse inspirado en un lugar así. Pero nuestro trabajo no termina ahí.

Mas de Cebrián no es solo un hotel; es un refugio para los sentidos. Pasar una noche allí es mucho más que descansar en una cama cómoda (aunque, vaya si lo es). Es abrir las ventanas y escuchar el silencio, sentir cómo el estrés se diluye con cada bocanada de aire puro, y saborear un lujo que no está en lo ostentoso, sino en los pequeños detalles: un desayuno preparado con productos locales, una chimenea que calienta cuerpo y alma, o una copa de vino mientras contemplas las estrellas.

En cada visita, Laura y yo buscamos absorber cada experiencia. Probamos los platos de su carta, que son mucho más que comida: son un homenaje a la tierra y sus sabores. Nos dejamos mimar en su spa privado, donde el agua y el silencio se convierten en nuestros aliados para desconectar. Y siempre, siempre, dedicamos unos minutos a salir al exterior, a dejarnos maravillar por el espectáculo de un cielo que, en lugares como este, parece infinito. En un lugar con tan poca contaminación lumínica, el cielo se convierte en un espectáculo, y eso es algo que queremos transmitir a quienes nos siguen en redes.

La esencia en cada publicación
Después de vivir la experiencia, regresamos con la mochila llena de fotos, videos y, sobre todo, emociones. Desde esas sensaciones construimos cada publicación, reel o story. Queremos que las personas que nos siguen sientan lo que nosotros sentimos: el calor de una chimenea, el sabor de un plato tradicional o la calma de un baño relajante.

Conectar desde la experiencia
Gestionar redes sociales no es solo una tarea técnica; es un arte que requiere empatía, observación y, sobre todo, vivir la esencia de la marca. En Mas de Cebrián, entienden que no venden habitaciones, sino momentos de desconexión y conexión con la naturaleza. Y para transmitir eso, primero tenemos que experimentarlo nosotros mismos.

Así es como trabajamos, desde la experiencia auténtica, para conectar con los futuros clientes y mostrarles lo especial que es cada marca que gestionamos. Porque la esencia de una marca no se inventa, se vive.

El perfil de instagram de Mas de Cebrian