Hace unos mese tuve la oportunidad de trabajar como modelo en la creación de un video corporativo para una empresa que organiza actividades de aventura en Gúdar Quad. Junto a Tomás, el piloto de dron, y David, nuestro camarógrafo, nos embarcamos en una experiencia única que capturaría la emoción, la adrenalina y los paisajes impresionantes de la zona.

El reto de capturar la emoción
La actividad de quads en Gúdar no es solo una excursión, es un viaje que conecta con la naturaleza de una forma profunda y visceral. Desde el momento en que nos subimos al quad y comenzamos a recorrer los caminos rodeados de pinos, supe que estábamos a punto de capturar algo muy especial. Gúdar no es solo un lugar, es un refugio de belleza salvaje.

Las montañas, el aire fresco, el susurro de los árboles, los colores cambiantes del paisaje… todo eso nos envolvía mientras avanzábamos. Me sentía como parte de un escenario natural que parecía sacado de otro tiempo, donde la velocidad del quad contrastaba con la calma de la naturaleza que nos rodeaba.

David se encargaba de grabar las tomas más cercanas, mientras yo, como modelo de la excursión, me dejaba llevar por la emoción del momento. Aceleraba por esos caminos de tierra, dejando atrás las huellas en la arena mientras el viento me acariciaba el rostro. Era una sensación de pura libertad, pero también de conexión con el entorno, con las montañas, con los árboles y el silencio que solo se encuentra en estos rincones apartados del mundo.

Por otro lado, Tomás volaba el dron desde lo alto, capturando las panorámicas más impresionantes. Cuando veía esas tomas aéreas de Gúdar, entendía lo que nos había traído aquí: no solo estábamos grabando una actividad de aventura, sino que estábamos conectando con la majestuosidad de la montaña, con la calma profunda que solo se siente en esos paisajes infinitos, donde todo parece en paz.

La experiencia de un día lleno de adrenalina
Entre los pinares, las vistas de las montañas más distantes se desvelaban poco a poco, como si el propio terreno quisiera mostrarnos su grandeza, como si, al acelerar por esos caminos, fuéramos capaces de entender más profundamente el alma de la tierra que teníamos debajo. Cada rincón, cada ladera, cada respiro que tomaba el viento traía consigo una sensación nueva: una mezcla de emoción por la velocidad, pero también de paz al detenernos por un momento a contemplar el horizonte.

Este contraste entre la adrenalina de la actividad y la calma que transmitía el paisaje fue lo que realmente quería capturar. No se trataba solo de mostrar quads cruzando caminos, sino de que la gente pudiera sentir lo que nosotros estábamos viviendo: la emoción de recorrer un lugar tan salvaje y, a la vez, la serenidad que se experimenta al estar rodeado de montañas, de naturaleza pura. Queríamos que las personas que vieran el video pudieran imaginarse en ese momento, sintiendo la misma paz al mirar el paisaje, la misma emoción al atravesarlo con el quad.

El resultado final
Queríamos que los futuros clientes pudieran sentir lo que significa recorrer las rutas de Gúdar: la mezcla de adrenalina, la sensación de estar perdidos en la inmensidad de la naturaleza, pero también el profundo bienestar que se experimenta al conectar con la montaña. Y, al ver el video, sabíamos que lo habíamos logrado.

Cada escena, cada plano, nos permitía transmitir la belleza que habíamos vivido, no solo en los paisajes, sino en las emociones que Gúdar despierta en quien lo recorre. Ese fue nuestro objetivo: no solo mostrar un servicio, sino hacer sentir a los demás lo que nosotros experimentamos al recorrer esas rutas por paisajes tan impresionantes, en medio de las montañas, donde el alma de la naturaleza se encuentra con la emoción más pura.